Las náuseas son un síntoma habitual al inicio del embarazo. Suelen aparecer entre las semanas 4 y 6 de embarazo y tienen mayor incidencia durante el primer trimestre de embarazo, entre las semanas 8 y la 12. Lo habitual es que desaparezcan antes de la semana 20, pero a veces duran hasta el parto, sin afectar por ello al feto.

Otra cosa diferente es la Hiperémesis gravídica (vómitos constantes que no cesan), que sufrió por ejemplo a la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, un trastorno excepcional que apenas afecta a un 1% de las embarazadas y que suele requerir hospitalizar a la madre por riesgo de deshidratación.

Se ha dicho que la aparición de las náuseas podían influir los factores psicológicos, pero se ha visto que no es así. La razón de las náuseas es biológica. La culpa de las náuseas es de las hormonas, especialmente por el aumento de la hormona gonadotropina coriónica (HGC) que ayuda a mantener el embarazo al inicio y de la hormona progesterona, que entorpece las digestiones.

Se calcula que un 70-80% de las embarazadas sufren náuseas o arcadas y que más o menos la mitad de ellas vomitan. Las náuseas son más habituales en las madres fumadoras y en los embarazos múltiples.

Se producen sobre todo por la mañana, pero pueden seguir a lo largo del día o aparecer en otros momentos (yo con mi segundo hijo las sufría por las tardes, supongo que por el cansancio acumulado del día, con el mayor fueron las peores, tempraneras, y con la tercera, la niña, apenas tuve, ¡para que luego digan que las niñas dan más náuseas que los niños!).

Los malos olores pueden potenciarlas.

Consejos para prevenirlas

  • Evitar los lugares donde con olores fuertes y desagradables (alimentos, perfumes, pintura, …).
  • Usar ropa ancha y cómoda que no oprima al hacer la digestión
  • Evitar lavarse los dientes justo después de comer.
  • Como suelen aparecer por la mañana, cuando el estómago está vacío, a veces viene bien, tomar hidratos de carbono (galletas, tostadas o cereales) unos minutos antes de levantarse de la cama por la mañana.
  • Evitar las bebidas muy ácidas, con gas y cafeína y procurar no tomar agua en ayunas. Ahora el intestino está mucho más sensible.
  • Hacer varias comidas ligeras al día.
  • Evitar también los alimentos que causen rechazo (en el embarazo a veces cambian los gustos) y los que tienen demasiada grasa, picantes o demasiado condimentados.
  • Cuando haya náuseas, permanecer en reposo hasta que desaparezcan.
  • Dar un paseo después de la comida par ayudar a la digestión. Si necesitas descansar, hazlo semiincorporada, nunca tumbada.

Cuando las medidas preventivas no funcionan y las náuseas afectan a la calidad de vida, el ginecólogo puede recetar medicamentos antieméticos para impedir el vómito. Son bastante seguros, pero nunca se deben tomar por cuenta propia, son fármacos y debe recetarlos el médico.

¡Cuidado!: los medicamentos  para las náuseas elaborados con Ondansetrón se desaconsejan en el embarazo porque incrementan el riesgo de labio leporino.

Además, recientemente se ha ordenado la retirada de medicamentos con ranitidina, un compuesto para la úlcera gástrica y el reflujo que a veces también se utilizaba para aliviar las náuseas del embarazo.

¿Las náuseas afectan al bebé?

Las náuseas y los vómitos no tienen ningún efecto secundario sobre el feto. Es más, las investigaciones realizadas afirman que las náuseas protegen el embarazo porque las embarazadas con náuseas y vómitos matinales al principio de su embarazo son menos propensas a sufrir un aborto espontáneo que las que no los padecen.

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