En torno al embarazo siempre han existido un montón de creencias sin fundamento. Aunque los avances médicos han demostrado que no son reales, todavía hay mucha gente que creyendo en algunos mitos del embarazo  (y transmitiéndolos).

1. Tripa de punta niño, redondita niña

Todavía mucha gente sigue diciendo que si la tripa tiene forma puntiaguda, es porque esperas un niño. Y si es más redondita es porque esperas una niña.

En realidad, hay un 50% de posibilidades de acertar con esta teoría.

La forma y el tamaño de la tripa en el embarazo depende en parte de la constitución física de la embarazada, de cuánto peso se coja en el embarazo, de cómo esté colocado el feto en del útero (cuando no está cabeza abajo, la tripa puede tener un aspecto puntiagudo) y también de si es el primero porque en los siguientes embarazos los músculos abdominales están más laxos porque ya se han estirado previamente (de hecho, la tripa se nota mucho antes).

El sexo del bebé solo se puede saber por ecografía o técnicas de diagnóstico prenatal que analizan el ADN fetal como la amniocentesis y el test de adn fetal

2. Las manchas del bebé son antojos no satisfechos

Todavía hay quien sigue afirmando que las manchas de nacimiento en el bebé (que en realidad se llaman angiomas) se deben a antojos del embarazo no satisfechos de fresas, guindillas, dulce… etc.

En realidad, las manchas de nacimiento se producen por la acumulación de vasos sanguíneos bajo la piel, que suelen desaparecer con el paso del tiempo.

Los antojos del embarazo sí son reales pero tienen una explicación biológica. El impulso irresistible y repentino de tomar un determinado alimento se debe a las nuevas necesidades del organismo de la embarazada.

  • Por ejemplo, es posible que de repente te apetezca tomar alimentos ácidos (pepinillos, limón…). La razón es que las hormonas del embarazo disminuyen la cantidad de ácido clorhídrico que se segrega en el estómago para digerir la comida. A mí, que curiosamente soy más de dulce, me ocurrió esto en mi segundo embarazo: me apetecían, sobre todo, alimentos salados y ácidos. Era tal la necesidad, que me llevaba al trabajo en el bolso bolsitas pequeñas de kétchup y me las tomaba así del tirón.
  • Otras veces, necesitamos algo dulce porque los niveles de azúcar están bajos.
  • También puede influir la ansiedad, más habitual durante el embarazo.

3. Las niñas provocan más náuseas

Las náuseas no dependen del sexo del bebé. Son un síntoma del embarazo y se producen por la liberación de la hormona gonadotropina coriónica humana (HCG), que se libera en grandes cantidades al principio del embarazo, pero no tienen nada que ver con que se espere un niño o una niña. Yo de hecho, he tenido más náuseas en el primero de mis embarazos (niño) y menos en el tercero (niña).

 4. En el embarazo hay que comer por dos

Aunque hoy sabemos que es importante que la embarazada lleve una dieta equilibrada y que como en cualquier etapa de la vida no es bueno abusar de las grasas y el azúcar, porque esto puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes gestacional e hipertensión en un futuro, todavía hay quien piensa que el embarazo es una «bula» para comer sin control.

Aunque no es una etapa para cuidar la línea, hay que evitar engordar en exceso porque los kilos de más pueden ocasionar problemas en la salud de la madre y del futuro bebé

Si quieres saber cómo alimentarte bien en el embarazo, te recomiendo leer el libro del gran experto en nutrición Julio Basulto, «Mamá come Mamá come sano (Editorial Debolsillo), prologado por el pediatra Carlos González. Además de consejos para seguir una dieta equilibrada en el embarazo, encontrarás información contrastada sobre la alimentación en el posparto y la lactancia y buenas indicaciones para recuperar la figura en el posparto.

5. Si tienes acidez, el bebé nacerá con mucho pelo

Este mito tan antiguo no tiene ninguna evidencia científica. El ardor de estómago o acidez se produce por el reflujo de los alimentos del estómago hacia el esófago.

En el embarazo, la acidez es más habitual porque la hormona progesterona relaja el esfínter que comunica el estómago con el esófago, el útero a medida que crece comprime el estómago y, además, disminuye la producción de ácido clorhídrico que facilita la digestión de los alimentos.

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5 Comentarios

  1. Lulyladelaluzenlalluvia

    Que gracia me ha hecho,hay tantísimos mitos madre mía…

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  2. Miriam Lerma

    Madremia!!! Las oí todas durante el embarazo, sobretodo de personas mayores. Y yo tengo una niña y no me dio ni un síntoma. Así que cada embarazo es siempre diferente 😜

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  3. Mamacuchufleta

    Que gracia! Hace unas semanas yo también comentaba cosas como estas en un post, madre mía la de cosas que te pueden llegar a decir sin tener sentido ninguno… pero bueno, yo me río, según todo el mundo, por mi malestar, mi mala cara h mis náuseas de los tres primeros meses serían una niña, y no, es un nene jajajaja

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  4. Madre y esas cosas

    Lo del pelo y la acidez me lo dijeron hasta la saciedad…lo pasé fatal con los ardores y mi hija nació con poco pelo…
    La forma de la tripa también era un clásico.

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  5. Beatriz Férriz

    Seguro que cualquier mujer que ha estado embarazada los ha escuchado. Al menos a mí me los han dicho todos. Yo no tuve ardores y las dos nacieron con pelazo. 🙂

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