El acceso a los móviles se produce cada vez a edades más tempranas con todos los riesgos que ello conlleva. Por ello es muy importante enseñar a los niños a usar bien el móvil.

Las pantallas crean adicción y esconden muchos peligros, y aunque existen numerosos programas de protección parental, los menores encuentran los recursos para burlarlos. Las presiones del entorno son muy fuertes y aunque la decisión está siempre en manos de los padres, siempre está el riesgo de que el niño use el móvil de un amigo.

Según los últimos datos del programa Kids Centric Universe –que se está realizando en 96 colegios e institutos de la Comunidad de Madrid para ver cómo utilizan los escolares la tecnología, los juegos y las app y conocer sus hábitos en el seguimiento de influencers y manejo de las redes sociales- , el 42% de los escolares de 9 a 12 años reconoce tener cuentas en redes sociales con datos falsos para burlar el control parental y un 23% es consciente de que pasa mucho tiempo en Internet.

Y aún hay más, uno de cada cuatro estudiantes de primero de la ESO ha entrado ya en casas de juego online y 7 de cada 10 reconoce que ha encontrado, sin buscarlos, contenidos de violencia, racismo o pornografía.

Por ello, es muy importante enseñar a los niños a usar bien el móvil cuanto antes.

10 consejos para enseñar a los niños a usar bien el móvil

La compañía noruega XPLORA autora del primer estudio sobre el acceso de los niños a  ofrece 10 consejos para enseñar a los niños a usar bien el móvil, de la mano de la experta en educación digital María Zabala:

1. Pensar para qué quiere el móvil el niño

Antes de poner un móvil en las manos de un niño hay que tener claro para qué lo va usar. En palabras de María Zaballa hay que “pensar para qué va hacer falta el móvil: si lo queremos solo para comunicarnos con el niño o si lo necesita para acceder a internet. Y sobre todo, pensar en el tiempo que pasa actualmente el niño en las pantallas y el que podría pasar cuando tenga el móvil”.

Cada familia es diferente y tiene costumbres diferentes. Puede que existan circunstancias familiares que hagan necesario tener localizado al niño o no. Pero en este caso, si el niño no está preparado para usar un móvil con acceso a internet, puede utilizar un reloj con teléfono que le permita estar localizado, por ejemplo.

Hay que pensar en las ventajas e inconvenientes reales de que el niño tenga móvil. Y también, dependiendo de las características del móvil (con acceso o no a internet y determinadas funciones) puede existir la opción de aprendizaje progresivo para cuando, más adelante, tenga un móvil en sus manos.

2. Pensar cómo es el niño antes de darle un móvil

Es importante pensar en cómo es el niño, su carácter (si es introvertido, sedentario, activo, sus aficiones, si pasa mucho tiempo solo en casa, etc.) y también en la relación que tenemos con él, para valorar cómo puede usar el móvil los conflictos que pueden surgir

Es más, debemos pensar también en cómo usamos nosotros el móvil en casa, pues somos su espejo y lo que hagamos nosotros influirá en su propia vida tecnológica.

3. Propiciar un uso gradual del móvil

Nos guste o no, vivimos en una era digital y hay que adaptarse. La infancia que tienen nuestros hijos es la que les ha tocado vivir, y en ella hay pantallas. En nuestra mano está que las usen con moderación.

Por ello, antes de poner un móvil en las manos de un niño hay que pararse a pensar en la relación que tiene con otros aparatos tecnológicos: si le cuesta parar de jugar a un videojuego o dejar de ver vídeos en Youtube. El móvil puede ser mucho más adictivo, porque además puede ir con el niño allá donde el va. Hay estudios que indican que casi una cuarta parte de los niños usan internet de forma compulsiva. Por ello, es fundamental favorecer un uso gradual.

4. Tomar la decisión de comprar el móvil nosotros

Los niños cada vez piden antes tener móvil, más aún si tienen hermanos mayores y ven que en casa todos los usan. Si por ellos fuera, la mayoría tendrían móvil antes de los 10 años. Las estadísticas demuestran que la mayoría lo tienen ya en torno a las 12 años. Pero no hay una edad concreta para tener móvil, porque no todos los niños son iguales, ni todas las necesidades son iguales.

Pero debemos ser los padres, los educadores quienes decidamos en qué momento están preparados los niños para tener móvil. Como  explica María Zabala, «la decisión debe ser nuestra y debe estar bien argumentada. El móvil no debe ser una respuesta a un capricho o un regalo. Y sobre todo, la entrega del móvil debe ir siempre acompañada de una explicación clara de cómo queremos que lo utilicen».

5. Saber que hay otras alternativas al smartphone para comunicarnos con nuestros hijos

Existen otras opciones para estar en contacto con nuestros hijos diferentes al Smartphone o teléfono inteligente. Por ejemplo, los relojes inteligentes con tarjeta SIM, que no siempre se conectan a internet.

En palabras de María Zabala “no es conveniente poner en manos de un niño de 9,10, 11 años un smartphone que permite acceso a internet y las redes sociales y que no saben usar. Hay que gestionar el acceso a la tecnología de forma gradual y buscar otras opciones más adecuadas a su edad”.

6. Establecer normas y compartirlas

Si tenemos una normas sobre el uso del móvil, tendremos que ser coherentes con ellas y cumplirlas nosotros también. Si somos coherentes desde el principio en la relación con la tecnología, tendremos más posibilidades de que el uso que hagan los niños de esta sea equilibrado y positivo

Desde el momento en el que empezamos a usar tecnología con nuestros hijos, ya sea a través de contenidos (videos, apps etc.) es fundamental establecer unas normas que puedan entender y asumir y que estén en consonancia con lo que hacemos en casa.

7. Favorecer una autonomía digital progresiva

Cuando damos un móvil a un niño, tenemos que pensar qué es lo que va a hacer el menor con él. No es igual que solo pueda mirar una pantalla o enviar mensajes y llamar a que pueda navegar por internet libremente o acceder a redes sociales para las que a lo mejor no está preparado.

Si damos un smartphone a un niño de 12 años, tenemos que hacerlo porque confiamos en que va a ser capaz de usarlo y si no es así, tenemos que enseñarle a hacerlo, aunque para ello sea necesario limitar con protectores parentales el uso de determinadas redes o aplicaciones

Los niños tienen que ganar autonomía digital de forma progresiva, igual a la autonomía que les vamos dando en su vida analógica.

8. Elegir el entorno digital en el que se va a mover el niño

María Zabala lo ha dicho bien claro “Internet no es un parque de atracciones en el que pueden navegar sin peligro. Hay que saber dónde vamos a dejar navegar a nuestros hijos, y para ello es necesario configurar los dispositivos de forma que los niños no puedan descargar ciertos programas o app si es necesario”.

Hay que decidir en qué entornos digitales se va a mover el niño (igual que lo hacemos en la vida real, en la calle) en función de la edad y carácter de los niños.

Ahora que podemos resolver tantas cosas a través de las pantallas, corremos el riesgo de dejar de salir y relacionarnos. Por eso es esencial buscar contenidos y actividades que sean compatibles con lo que necesitan nuestros hijos.

No todas las actividades digitales están pensadas para niños y adolescentes y no todos los contenidos o dispositivos son inocuos, aunque a veces pueda perecer lo contrario.

9. Conversar sobre la tecnología: los problemas, posibilidades…

Los niños y los adolescentes no temen a la tecnología, al contrario les atrae mucho porque  forma parte del mundo que les rodea y no temen probar experiencias nuevas. . Pero no saben más que nosotros y necesitan que les expliquemos las cosas, les ayudemos a gestionar las emociones que sienten al usarla y les  escuchemos sin prejuicios.

Como dice María Zabala “Lo más fácil es echar el sermón sobre el tiempo que pasan usando el móvil, pero es mucho más educativo intentar halagar sus buenas decisiones (subir fotos adecuadas a Instagram, no usar la consola cuando están de exámenes) , etc.” Con el elogio, nos acercamos a ellos y podemos iniciar una conversación constructiva

10. Prepararles para ser mayores

El móvil se suele dar a las puertas de la adolescencia o incluso ya en plena pubertad y ojo, uno de cada tres adolescentes usa mal internet y las redes sociales.

El momento y la forma en que entrega el móvil es importante No hace falta empezar por lo más grande. Hay que enseñarle que el uso debe ser gradual, sobre todo dependiendo de la edad.

No es lo mismo que el móvil tenga datos ilimitados a que solo se pueda conectar por wifi, en casa y con nuestro control, para poder enseñarles. Por ejemplo, con un plan de datos limitado, el chaval aprende a gestionar el uso de los datos y a  limitarse él solo.

Además, al principio es interesante configurar el móvil para que lo use un menor de edad y no un adulto. Y como se ha dicho en todo momento, sea cual sea el dispositivo fomentando la comunicación y el diálogo sobre la tecnología para poder resolver los problemas que surjan juntos.

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