La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, una barrera protectora que ayuda a regular la temperatura corporal y nos protege de las agresiones externas. La piel del bebé es mucho más fina y permeable y, por lo tanto, mucho más delicada.

En los recién nacidos es habitual que presente un tono amoratado al principio (por el esfuerzo del parto ) y que  se ponga roja rápidamente ante el mínimo esfuerzo.

Además, el recién nacido todavía no tiene suficientes melanocitos, células que producen melanina, la substancia que da color a la piel y la protege del sol.

Por eso, los bebés suele tener la piel tan clarita y mucho más vulnerable a la radiación solar. Por esta razón, hay que evitar que les dé el sol directamente en los seis primeros meses de vida y después protegerles muy bien con productos específicos.

Algunos bebés llegan al mundo con el cuerpo recubierto de un vello fino y suave. Es el lanugo, que se forma en quinto mes de embarazo para proteger la piel. Habitualmente se cae antes de la semana 40 de embarazo, pero a veces permanece al nacer. Suele desaparecer en las primeras semanas de vida y es más habitual en los prematuros, cuando el parto se adelanta.

Las glándulas sudoríparas de los bebés no están totalmente desarrolladas. Por eso, cuando sudan mucho les pueden aparecer una erupción de granitos que se llama sudamina, más común en el verano y también cuando el bebé tiene fiebre. Para prevenirla hay que procurar no abrigar mucho al niño. En general, no precisa tratamiento. Si es muy intensa, conviene llevar al niño al pediatra por si considera necesario recetar alguna crema especial.

Cómo cuidar la piel del bebé

  • Para prevenir alergias, conviene vestir al bebé con ropa de tejidos naturales, como el algodón o el lino. Antes de ponerle una prenda nueva, hay que comprobar que no tiene costuras ni etiquetas que puedan rozarle. Es aconsejable lavar la ropa antes de estrenarla con un jabón neutro especial para ropa de bebés (o especial prendas delicadas) .
  • Algunos bebés sufren un tipo de alergia llamada dermatitis atópica. Puedes ampliar información en este artículo sobre la dermatitis atópica
  • Cuando hace frío, es preferible abrigarle bien que tener la calefacción muy alta, pues las calefacciones resecan mucho el ambiente y en consecuencia la piel.
  • Para bañarle, también es importante usar jabones especiales para bebé, suaves e hipoalargénicos. Después, es muy importante secar bien al niño insistiendo en los pliegues que se forman en las pantorrillas, el cuello y la zona del pañal.
  • Conviene hidratar su piel a diario con una crema hidratante especial para bebés, que se puede aplicar, por ejemplo, después del baño. No se deben usar productos para adultos, pues podrían tener ingredientes que irriten su piel.
  • Si usas colonia, elige una sin alcohol y échasela sobre la ropa, nunca directamente sobre la piel.

Zonas de la piel que requieren especial cuidado

La zona del pañal

Todos los bebés se escuecen o irritan de vez en cuando. Aunque estés súper atenta para cambiar a tu hijo en cuanto se manche, su piel estará en contacto con la orina y las heces durante un tiempo. El factor más irritante es la orina, que por la acción de determinadas bacterias, se descompone en amoniaco.

Si se irrita y aparece una dermatitis del pañal, procurar dejar ratos al bebé con el culete al aire para que se seque bien y ponle una crema regeneradora después del cambio de pañal (el pediatra te puede indicar cuál es la más adecuada en su caso).

Para prevenir la irritación es esencial que el culito de tu hijo esté siempre bien limpio y seco, porque la humedad favorece la irritación. Al secarle insiste en los pliegues que se forman en las inglés y aplicar después una buena crema protectora

Detrás de las orejitas

Detrás del lóbulo de la oreja suelen acumularse restos de leche, jabón… Es una zona que tendemos a olvidar porque no está a la vista. Sin embargo, la suciedad puede causarles irritación y si no se trata pronto, incluso infección. Basta con pasar una gasita mojada en suero fisiológico a diario. Después, hay que secar bien y aplicar crema hidratante.

La costra láctea

Las escamitas que tienen algunos bebés en el cuero cabelludo se llaman costra láctea y suelen desaparecer solas poco a poco, lavando la cabecita del bebé con un champú normal, sin rascar las costras.

Si las costras están muy resecas o pegadas al cuero cabelludo, se pueden reblandecer cubriéndolas durante un rato con un poco aceite de almendras o vaselina pura, antes de lavar la cabeza al bebé. En las farmacias se pueden encontrar productos específicos que ayudan a eliminarla. Conviene consultar su uso con el pediatra.

Photo by a.tobias

2 Comentarios

  1. Carmela Tejedor

    Estos consejos pueden aplicarse a adultos. Me refiero: ¿deberíamos cuidarnos tanto también? Un saludo.

    Responder
    • Mujer y MADRE hoy

      Los cuidados en la piel son diferentes según la edad.

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte si te gusta