Si hay algo que agobia a los padres primerizos, hasta que se coge cierta práctica, es quitar los mocos al bebé. pero es muy importante hacerlo y, sobre todo, hacerlo bien para evitar que las mucosidades lleguen al pecho y ocasiones complicaciones, como la bronquiolitis.

Como los bebés están molestos por la acumulación de mocos, no suele gustarles nada que les enredemos en la nariz y suelen resistirse. Por ello, es importante utilizar una buena técnica para despejarles la nariz  y así ayudarles que respiren mejor y puedan comer y dormir bien. 

En condiciones normales, los mocos no suponen ningún riesgo para el niño, ya que ayudan a proteger el aparato respiratorio de las agresiones externas porque atrapan las pequeñas partículas como el polvo, los tóxicos, las bacterias y los virus que hay en el aire.

Pero cuando la producción de mucosidad aumenta, a consecuencia de un catarro o de una alergia, es importante eliminarla porque puede entorpecer la respiración y, en consecuencia, también la alimentación y el descanso de los niños. Además, si las secreciones llegan a las vías respiratorias bajas, pueden provocar complicaciones respiratorias serias como la bronquiolitis. Es fundamental evitar que la mucosidad llegue al pecho.

En los bebés, la limpieza nasal es especialmente importante, ya que su sistema respiratorio es más sensible a infectarse por  los virus y bacterias que se acumulan en la mucosidad.

Cómo quitar los mocos a un bebé sin que sufra

Según explica  Marta Godín, fisioterapeuta respiratoria pediátrica de Rehaliza Health Solutions: “Igual que el baño o la higiene dental del bebé la limpieza de la nariz debe estar presente en la rutina de aseo diaria, ya que ayuda a eliminar el exceso de mucosidad de manera natural y suave, sin afectar a los mecanismos de defensa naturales del organismo. Además, en los más pequeños la respiración es principalmente nasal, por lo que tener la nariz limpia es fundamental para que tengan una respiración libre y profunda”.

Para que el bebé no lo pase mal, es importante actuar con seguridad y rapidez.

Los mocos se eliminan en dos pasos: lavado nasal y aspiración de las mucosidades.

1. Lavado nasal

El lavado nasal ayuda a despejar la nariz y a regenerar la mucosa para restablecer la actividad correcta  del aparato respiratorio.

Lavado nasal para quitar los mocos en un bebé

El lavado nasal se puede hacer con el niño tumbado o sentado. La elección de una postura u otra depende de las características del niño y la destreza de los padres. Al principio es más fácil hacerlo con el niño tumbado. También hay que hacerlo tumbado cuando el bebé no sujeta la cabeza.

  1. Tumba al bebé boca arriba con la cabeza ladeada, echa un poco de suero fisiológico (5 mililitros) con jeringuilla o monodosis, por el orificio nasal que queda más arriba para que arrastre la mucosidad hacia el orificio de la nariz que queda abajo.
  2. Después, repite el procedimiento girando la cabecita del bebé hacia el lado contrario para poder limpiar el otro orificio nasal.

Lavado nasal para quitar los mocos a niños mayores

En los niños más mayores el lavado nasal se puede hacer con el niño sentado con la cabeza ligeramente hacia delante e inclinada hacia un lado.

  1. Empieza limpiando el orificio de la nariz que queda más arriba para que la mucosidad salga por el de abajo
  2. Después, pide al niño que incline la cabeza hacia el lado contrario para limpiar el otro orificio.

2 Aspirar la mucosidad

Tras el lavado nasal, conviene utilizar el aspirador nasal en cada orificio para aspirar la mucosidad que haya podido quedar en el interior de la nariz, y también los restos de suero. Esto ayuda a evitar que se produzca más moco.

El aspirador nasal con cánula es efectivo y rápido. Para utilizarlo correctamente, la experta recomienda seguir estos pasos:

  1. Introducir la punta del aspirador en el orificio de la nariz, pero no por completo, para no crear vacío en su interior.
  2. Al aspirar debemos escuchar un ruido similar al de beber los restos de una bebida con pajita.
  3. Al tiempo que se aspira, hay que mover el aspirador haciendo movimientos circulares para limpiar la nariz por completo.

La experta no es partidaria de usar los aspiradores eléctricos con los niños, porque con estos dispositivos no se puede controlar la presión con la que se aspira y una presión excesiva podría provocar daños en el oído.

En este vídeo puedes ver 5 aspectos que hay que evitar a la hora de realizar el lavado nasal en los más pequeños.

Asesora: Marta Godín, fisioterapeuta respiratoria pediátrica de Rehaliza HealthSolutions

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