Los primeros días del posparto en casa, especialmente si es el primer hijo, no son fáciles. El médico te habrá dicho que necesitas descansar para recuperarte del esfuerzo del parto. ¡Cómo si fuera tan fácil con un recién nacido que duerme a deshora y pide pecho continuamente. ¿Qué se puede hacer para resulte más sencillo?

Antes del parto…

Hay algunas cosas que se pueden dejar preparadas antes del parto, para facilitar la organización diaria cuando llegues a casa con tu bebé:

  • Tener preparados los papeles necesarios para cuando nazca el bebé. Habrá que inscribirlo en el Registro Civil (en muchos hospitales se puede hacer directamente desde allí), darle de alta en la Seguridad Social y asignarle pediatra. También habrá que solicitar el permiso por nacimiento. Puedes ampliar información en este artículo sobre los trámites cuando nace un hijo. Si tienes todo preparado, es mucho más fácil y rápido.
  • Poco antes del parto, conviene hacer una compra grande de alimentos que no se estropeen o se pueda congelar para tener reservas en casa cuando llegues con el bebé.
  • Una buena idea es preparar comida y congelarla para así no tener que cocinar durante los primeros días. al principio el bebé ocupará casi todo tu tiempo, tú necesitas descansar y es muy importante que sigas una alimentación variada y equilibrada.

Tristeza posparto: es normal

A los pocos días de llegar a casa, es normal sentirse tristona. Es posible que hasta te sientas culpable por sentirte así, ahora que deberías estar tan feliz con tu hijo. Esta tristeza posparto que en inglés llaman ,baby blues, es pasajera y no se debe confundir con la depresión posparto, mucho más seria.

Si te ocurre, no tengas reparos en hablarlo con tu pareja y explicarle que es algo hormonal que no puedes controlar. Ahora la atención de todos se centra en el recién nacido, pero la madre también necesita que la cuiden. El permiso de paternidad es un gran paso para fomentar el apego del padre con el bebé, pero también es necesario para cuidar de la mamá reciente.

Cambiar las prioridades 

Cuando nace un hijo, hay que aprender a pensar de otra manera. Ya no podemos controlar todo. Si eres muy perfeccionista (yo lo soy y sé de lo que hablo) tienes que cerrar los ojos y olvidarte del orden durante una temporada.

Las prioridades han cambiado: ahora lo más importante es el bebé y tú salud.

No pasa nada por no hacer la cama un día o por comer  a las cuatro de la tarde. No hay que estar perfecta para las visitas, ni tener la nevera llena para agasajarles o la casa impecable. Es más, si las visitas te agobian (que es algo bastante habitual), pueden esperar. No pasa nada.

Posponer las visitas en los primeros días del posparto

La Asociación Española de Pediatría recomienda limitar las visitas al recién nacido en el hospital para que no entorpezcan el inicio de la lactancia materna.  Este consejo se puede aplicar también a las visitas en casa.

Cuando nace un bebé, todo el entorno está deseando conocerle, familia, amigos, vecinos… Vienen con su mejor intención pero, sin querer, pueden agotar a la reciente mamá, que además tiene que aprender a dar de mamar y para ello necesita estar tiempo a solas con su bebé, en un ambiente tranquilo. Si las visitas te cansan, háblalo con tu pareja para que les explique que todavía no estás bien y les pida que vengan más adelante. Si te quieren, seguro que lo entenderán.

Pasear a diario

Aunque el bebé absorba todo tu tiempo, es importante que salgas un rato a diario, al principio no mucho para no cansarte demasiado. Necesitas hacer otras cosas además de cuidar del bebé. Durante el paseo es habitual que el bebé se relaje y se duerma y tú puedes pasar un rato distraída, pensando en otras cosas.

El bebé puede salir a diario desde que llega a casa. En invierno conviene sacarle en las horas soleadas, a media mañana, y en verano en las horas de menos sol, a primera o última hora del día. Ahora bien, no hace faltar marcarse una hora de paseo estricta, sal cuando puedas y cuando te apetezca.

Busca contacto con otras madres recientes

Si hay algo que recomiendo siempre a quien va a ser madre es acudir a los cursos posparto que realizan las matronas en los ambulatorios. Yo he asistido con mis tres hijos y son una gran ayuda. Vas con tu bebé, te enseñan a hacerle masajes para aliviar los gases y después, practicas ejercicios de recuperación posparto, que además son importantes para fortalecer el suelo pélvico. Pero estos cursos son mucho más que masajes y gimnasia pues en ellos puedes compartir tu experiencia con otras madres recientes, consultar con la matrona las dudas de lactancia o sobre el cuidado del niño con la matrona. Allí te sientes comprendida y apoyada. Incluso es posible que hagas nuevas amigas.

Si no tienes esta posibilidad cerca de tu domicilio, puedes buscar un grupo de crianza en tu localidad o un grupo de apoyo a la lactancia. En la página de la IIniciativa para la Humanización de la Asistencia a Nacimiento y la Lactancia (IHAN) tienes un enlace con los grupos de lactancia por localidades.

Es probable que los dos primeros meses sean algo caóticos. El sueño del recién nacido es muy irregular y establecer la lactancia materna adecuadamente lleva tiempo, pero, una vez  que el bebé empiece a adquirir unos hábitos de sueño y alimentación, todo resultará más fácil y si te organizas y estableces prioridades incluso conseguirás tiempo libre para ti.

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