tres yo Estaba pensando un tema sobre el que escribir con motivo del Día de la embarazada, que se celebra el 31 de agosto, por San Ramón Neonato (Lérida, S,XIII), que nació por cesárea después de que su madre falleciera y es el patrón  de las embarazadas, parturientas y obstetras, y me ha venido a la cabeza este un artículo que escribí, a modo de reflexión personal, cuando inicié esta web, hace dos años

Entonces, todavía no había incluido  la posibilidad de comentar los artículos y me quedé con las ganas de saber qué opinan sobre este tema otras madres y embarazadas, así que he decidido rescatarlo y actualizarlo, por si alguien (tanto madres como padres) quiere compartir cómo se siente o se sintió durante el embarazo o el posparto.

La autoestima en el embarazo

Decidí escribir sobre la autoestima en el embarazo después de leer que un estudio de la Universidad de Tilbourg en los Países Bajos, afirmaba que «la autoestima de la mujer baja durante el embarazo y se recuperaba seis meses después del parto, aunque después desciende de nuevo y no deja de deteriorarse, al menos durante los tres primeros años, y que esta pérdida de autoestima, además, deteriora la relación de la pareja».

La verdad es que a mí estos estudios que afirman tan categóricamente cómo nos sentimos las madres, me dan un poquito de rabia, sobre todo cuando  se convierten en noticia y se extienden como la pólvora en las redes.

Es cierto que la maternidad (y también la paternidad ) ponen nuestra vida patas arriba. Hay un antes y un después, Y el posparto tiene momentos que pueden resultar muy difíciles, sobre todo con el primer hijo y, a veces, puede suponer también un bache importante en la relación de la pareja.

Pero de ahí, a que el embarazo deteriore la autoestima …

No sé vosotras, pero yo no me he sentido tan guapa y tan querida como en mis tres embarazos.

Es cierto que pueden aparecer manchas, estrías o varices, pero a cambio por primero vez en nuestra vida podemos presumir de barriga, ya que no hay curvas más favorecedoras que las de una futura mamá. Además, ahora a diferencia de lo que ocurría hace unos años, en los que se escondía la tripa debajo de enormes vestidos, está de moda marcar tripa y mostrarla con orgullo, e incluso decorarla con dibujos mediante el belly painting.

Por otro lado,  las hormonas del embarazo, suelen mejorar mucho el aspecto del cutis y el cabello, y ralentizan el crecimiento del vello corporal (incluso, es posible que no tengas que depilarte). 

Y, a todo esto se suma que cuando estás embarazada, todo el mundo te mima, eres el centro de atención y eso gusta.  Por todo esto, yo casi diría lo contrario al estudio: que mi autoestima subió en mis embarazos, probablemente también porque mis embarazos fueron muy buenos y me sentía tan feliz…

La autoestima en el posparto 

Entiendo que cuando el embarazo transcurre con muchas molestias, las cosas se vean de otra forma. Cada caso es distinto. Hay mujeres que lo pasan realmente mal, incluso desde antes de buscar el embarazo (cuando no es fácil conseguirlo y deben recurrir a la reproducción asistida, por ejemplo) y se merecen un Olé por la fuerza que demuestran.

Y lo mismo se puede decir del posparto…

En lo que respecta al posparto, sí estoy más de acuerdo en eso de que la autoestima baje, sobre todo por

  • esas hormonas que nos hacían flotar en el embarazo y que caen de golpe tras el parto, y hacen que durante unos días experimentos una especie de melancolía (tristeza posparto pasajera que no se debe confundir con la verdadera depresión posparto),
  • porque recuperar la línea no es fácil. Y es posible que queden algunas huellas del embarazo, que es difícil borrar, como las estrías. Pero hay que pensar que la perfección no existe. aunque las redes sociales nos muestren muchas veces cuerpos perfectos poco después de dar a luz. No es real
  • porque de la noche a la mañana dejas de ser el centro de atención para darle el protagonismo a tu bebé y aunque estás orgullosa de que todos se fijen tanto en tu pequeño, te gustaría que se preocuparan un poquito más por ti.
  • porque estás agotada y no puedes dormir más de tres horas seguidas,
  • porque tu bebé llora y no sabes qué le pasa
  • porque todo el mundo se cree con derecho a opinar que es lo mejor para él y te llenan de consejos contradictorios y no  sabes a quién hacer caso,
  • porque tu bebé sigue llorando y llegas a pensar que no vas a saber ser madre, que eres la peor madre del mundo…

Pero todo eso es pasajero (o suele serlo, pues en algunos casos, pocos afortunadamente, puede derivar en una verdadera depresión posparto que conviene detectar y tratar cuanto antes) y, poco a poco, las hormonas vuelven a su cauce.

Tu bebé empieza a dormir más tiempo seguido, deja de llorar porque descubres que lo que necesita es que le abraces, y empiezas a hacer oídos sordos a tanto consejos, y a seguir tu instinto.

Y llega ese día en que  tu hijo te dedica su primera sonrisa. Y ya todo lo demás da igual. Tu autoestima está por las nubes, porque te la ha dedicado a ti: a su madre.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte si te gusta