La piel es una de las partes del cuerpo que más acusa los cambios del embarazo, habitualmente para bien. Pero para asegurar que sea así, es indispensable cuidarla bien y de la forma más natural posible.

Las hormonas, responsables de las típicas molestias del embarazo, como las náuseas o las alteraciones de sueño, tienen una cara buena: nos embellecen gratis. Los estrógenos (que se producen durante todo el embarazo y bajan después del parto) provocan que la piel esté más luminosa y tersa, aunque en ocasiones también pueden alterar la producción de sebo y provocar la aparición de acné. Pero, en general,  el embarazo suele ser una cura para la piel que luce más bonita que nunca.

En el embarazo, mejor productos naturales

En el embarazo no podemos utilizar cualquier cosmético, ya que las sustancias que contienen pueden pasar a la sangre materna y llegar al feto. Por eso, por ejemplo, en esta etapa se desaconseja el uso de  anticelulíticos con cafeína y tratamientos despigmentantes, ya que se desconoce su efecto sobre el futuro bebé.

Lo ideal es cuidar la piel con productos de cosmética natural de calidad y que sean específicos para el embarazo.

En la actualidad, hay una amplia oferta de líneas específicas para el embarazo que cubren todas las necesidades que puede tener la piel en esta etapa, además de la necesaria hidratación de la cara y el cuerpo.

Hay productos para prevenir las estrías, refrescar las piernas cansadas, aceite para masajear el periné, etc. Al elegirlos, es muy importante fijarse bien en los ingredientes y asegurarse de que son hipoalergénicos, ya que la epidermis (capa superficial de la piel) está ahora más sensible y pueden aparecer reacciones alérgicas. En mis tres embarazos he utilizado productos de  Weleda, una marca productos de cosmética natural con casi un siglo de experiencia que elabora sus productos exclusivamente con ingredientes naturales que me ofrece muchas garantías.

Cuidados especiales de la piel en el embarazo: la tripa y el periné

Hay dos zonas del cuerpo que necesitan un cuidado extra durante el embarazo: la tripa y el periné.

 Cuidado de la piel de la tripa: prevenir las estrías

Sin duda, la zona del cuerpo que más acusa los cambios del embarazo es la tripa, sobre todo en la piel, que se tiene que estirar mucho y al estirarse, se puede “romper”  si no es lo suficientemente elástica. Para mantener la elasticidad y evitar que se rompa y aparezcan las temidas estrías (que no son otra cosa que pequeñas roturas de la capa superficial de la piel), hay que hidratarla mucho con productos específicos.

Las estrías también pueden aparecer en los muslos, las nalgas y el pecho. Si buscas un producto adecuado para hidratar todas las zonas, te aconsejo el antiestrías de Weleda, a base de aceite de almendras, que puede encontrar en su pack embarazo natural que incluye también aceite para el masaje perineal.

Lo ideal es aplicar el antiestrías después de la ducha (ya que los poros de la piel están más dilatados y absorben mejor el producto), con movimientos circulares y ascendentes en el sentido de las agujas del reloj que estimulan la circulación del torrente sanguíneo.

 Mejorar la elasticidad del periné

El periné es un tejido que hay entre la vagina y el ano que puede romperse durante el parto, de forma intencionada (si se realiza una episiotomía) o espontánea (desgarro).

Las lesiones en esta zona pueden producir infecciones y dejar secuelas a largo plazo.  Para preparar el periné y ayudar a que no sufra durante el parto, en las clases de preparación al parto, las matronas enseñan a realizar un masaje que  ayuda a mejorar la elasticicidad de la zona.  Es más fácil  hacerlo si se utiliza un producto adecuado a base de ingredientes naturales que pueden entrar  en contacto con la zona íntima. Algunos estudios demuestran, además, que con esta técnica se reduce el índice de episiotomías.

Puedes leer cómo se hace el masaje del periné en este enlace de la web Cuidamos de la mujer, elaborada por especialistas Ginecología y Obstetricia de cuatro hospitales de Madrid.

El masaje del periné no solo es eficaz en el embarazo, sino también después del parto para mejorar la elasticidad de la cicatriz de la episiotomía en caso de que finalmente se haya tenido que realizar y para relajar la zona. Se pueden comenzar una vez que se han caído los puntos y no hay heridas abiertas, no antes, pero conviene consultarlo  con la matrona que hace el seguimiento posparto.

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