Desde que se empezó a utilizar la anelgesia epidural  en los partos, hace poco más de 20 años, la técnica ha experimentado muchas mejoras. La última mejora es la incorporación de técnica epidural PIEB (epidural intermitente con dosis en bolos programados), una técnica que se ha visto que es mejor para  aliviar el dolor del parto.

Al principio, lo sé por experiencia porque en mi primer parto (que finalizó en cesárea) no me la pudieron poner, la analgesia epidural solo se aplicaba cuando la madre había dilatado determinados centímetros. Después, a medida que mejoraba la técnica, se empezó a aplicar antes y actualmente, la epidural se puede poner  prácticamente desde el principio, en cuanto la mujer siente dolor, salvo que existan contraindicaciones que lo desaconsejen (como infecciones importantes o alteraciones de la coagulación de la sangre en la madre).

Por otro lado, también ha ido mejorando la forma de administrar la para lograr que las dosis de anestesia sean las necesarias para aliviar el dolor de las contracciones.

Diferencias entre la epidural tradicional y la epidural PIEB

 

La analgesia epidural se pone en la parte baja de la espalda, en la zona de donde salen los nervios que producen la sensaciones dolorosas que experimentamos durante el parto. Para que los analgésiscos lleguen al lugar exacto, el anestesista inserta un catéter (tubo de plástico muy fino) a la altura de la cintura,   y lo deja puesto durante todo el parto para poder inyectar la medicación.

  • En la epidural tradicional  los fármacos se inyectan de forma constante mediante una técnica conocida como infusión basal. El problema que tiene esta técnica es que no siempre funciona, y hay momentos en los que analgesia recibida no es suficiente para aliviar el dolor que aumenta de repente.
  • En la epidural PIEB  la medicación se aplica de forma intemitente mediante dosis programadas en bolos y además es posible que la propia embarazada puede demandar en un momento dado aplicarse una dosis adicional si siente más dolor por las contracciones.

Los bolos son dosis de medicación programadas para administrarlas en períodos cortos de tiempo

Con la epidural  PIEB la analgesia se puede administrar en función de la necesidades de cada parto, ajustando las dosis a los momentos de más dolor.

La anestesia epidural PIEB requiere una bomba de infusión específica que además incorpora pulsador para que la paciente se puede administrar sus propios bolos de medicación.

Demostrado: la epidural PIEB o epidural intermitente alivia mejor el dolor del parto

Según se ha publicado en la Biblioteca Cochrane,( organización sin ánimo de lucro formada por más de 11.500 investigadores de ciencias la salud voluntarios de más de 90 países que revisan de forma rigurosa las intervenciones en salud), se ha visto que

  • La administración de analgesia epidural por bolos automatizados reduce el riesgo de dolor episódico (dolor que requiere intervención médica de un anestesiólogo) en comparación con la infusión basal durante el parto a la vez que disminuye la cantidad de anestésico local necesario.
  • Las mejoras se logran sin aumentar por ello el riesgo de cesárea, parto instrumental ni aumentar la duración del parto..
  • Además, en cinco de siete estudios se ha puesto de manifiesta que las madres prefirieron el bolo obligatorio automatizado a la infusión basal.

La epidural PIEB ya se usa en los hospitales de España

La técnica de epidural PIEB (Programmed Intermitent Epidural Bolus ) se va extendiendo poco a poco en los hospitales públicos (los bolos intermitentes se utilizan, por ejemplo, en el Hospital Miguel Servet, de Zaragoza) y ahora llega también a los hospitales privados de nuestro país.

El último hospital en incorporar la técnica ha sido el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. Según explica  Nicolás Brogly, del Servicio de Anestesia de La Zarzuela » se ha visto que hasta dos tercios de las parturientas experimentan algún tipo de dolor durante el parto al no recibir la analgesia correcta, algo sencillamente inaceptable.  Pero con esta nueva técnica de epidural será posible controlar el dolo,r porque la analgesia se podrá administrar en función de la experiencia de cada paciente, aliviando el dolor, pero intentando a la vez evitar el bloqueo excesivo del aparato locomotor, para ayudar a mantener la movilidad de las piernas y la participación activa de la madre en el nacimiento del bebé».

Según explica Emilio Matute, jefe de servicio de Anestesia de La Zarzuela “Hasta hace no mucho, había que esperar a que la paciente experimentara dolor para pedir que le pusieran más  analgesia. Después ,se empezó a combinar infusión continua de epidural con la  técnica PCEA (siglas en inglés de Anestesia epidural controlada por el paciente), que permitía que la propia paciente se pusiera dosis adicionales cuando sintiera más dolor, pero no era una técnica fácil de usar. Ahora se pueden combinar las dos técnicas más modernas PACEA (anestesia controlada por el paciente)  y PIEB anestesia interminante).

Además, con la anestesia epidural PIEB se puede espaciar el suministro de analgesia si no es necesario, lo que ayuda a evitar la sobredosificación de analgesia.

Según datos del Hospital La Zarzuela, los estudios realizados muestran que el dolor repentino en el parto (teniendo la epidural puesta) aparece en un 33,5% de los casos con la técnica PCEA, mientras que aplicando la técnica PIEB solo se da en un 18%.

Además, con la técnica epidural PIEB, la mujer tiene que participar menos en el control de la analgesia  y, lo más significativo, al poderse reducir la dosis de epidural si no es necesario, hay menos bloqueo motor (inmovilidad) y la madre puede participar mejor en el expulsivo del bebé.

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