¿Cómo conseguir que a los niños les gusten las verduras? En internet circulan muchas recetas para «disfrazar las verduras». Pero hay algo mucho más sencillo que podemos hacer para conseguir que a los niños les gusten las verduras: darles el pecho.

Sí, has leído bien. La lactancia materna ayuda a los niños a comer con gusto las verduras, siempre y cuando, la madre que amamanta tome verduras, claro está.

Y es que tanto el sabor de que lo que come la madre durante el embarazo como durante la lactancia, le llega primero al feto, a través del líquido amniótico y después al bebé lactante, a través de la leche materna.

Pero tranquila, la leche materna está tan rica, que los alimentos que comes no alteran tanto su sabor para que el bebé los rechace. Pero, sin embargo, le ayudan a aceptar los nuevos sabores cuando se los vayas a incorporar más adelante.

Según un estudio, tomar verduras cuando se da el pecho ayuda a conseguir que los niños tomen verduras

Un estudio del Centro de los Sentidos Químicos Monell, de Filadelfia, publicado en «American Journal of Clinical Nutrition«, que se llevó a cabo con madres que daban el pecho y sus bebés, concluyó que los bebés que toman leche con sabor a verduras son menos propensos a rechazarlas cuando inician la alimentación complementaria.

Así, el bebé aprende pronto el sabor de las verduras y será menos propenso a quejarse cuando se las ofrezcan.

Los hijos de madres que toman verdura la aceptan mejor

Para realizar el estudio, una parte de las madres implicadas estuvieron bebiendo una taza de puré de zanahoria, apio, remolacha o verdura antes de dar el pecho.

Algunas empezaron cuando los bebés tenían dos semanas, otras entre el mes y mes y medio de edad, y otras el niño ya tenía dos meses y dos meses y medio de edad. Un grupo de madres no tomó verdura.

Cuando se añadieron alimentos sólidos a la dieta, se grabó a las madres mientras ofrecían a sus bebés cereales normales, cereales con sabor a zanahoria o cereales con sabor a brócoli  Los investigadores observaron las señales de asco de los bebés: arrugar la nariz, fruncir los labios, el seño fruncido, o apartar la cuchara de forma más enfática.

Los bebés que se habían expuesto a los sabores de verduras en la leche materna preferían el cereal con sabor a zanahoria en lugar del cereal normal o el cereal con el sabor desconocido a brócoli. Apenas un 8 % rechazaron todos los alimentos.

LA conclusión es que las preferencias alimentarias de los niños están muy influidas por lo que comen sus padres.

¿Y si la madre no da el pecho?

Aunque otros estudios han mostrado que los bebés que toman leche materna son menos propensos a volverse quisquillosos para comer,  las madres que no pueden amamantar o que eligen no hacerlo no deberían sentirse culpables ni preocuparse por estas conclusiones.

Para conseguir que sus hijos acepten de buen grado los nuevos alimentos, solo tienen que asegurarse de ofrecerles alimentos saludables y variados, y permitir que experimenten con texturas y sabores distintos.

Solo hay que dejárselos al alcance de su mano, demostrarles que nosotros los comemos y dejarles que decidan si quieren comerlo también. Lo más probable es que lo hagan, por pura imitación.

Fuente: Monell Chemical Senses Center, Philadelphia por HealthDay, a través de MedlinePlus.

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