La evolución del embarazo depende en parte del estado de salud de los futuros padres. Cuanto más te cuides antes de la concepción, más protegida estará la salud de tu bebé.

Por eso, antes de empezar a buscar el bebé es importante que visites al ginecólogo con tu pareja para mejorar o cambiar hábitos que podrían perjudicar al feto, y para empezar a tomar los suplementos que el médico considere necesarios, como el yodo (para prevenir problemas de tiroides en el futuro bebé) o el ácido fólico, una vitamina del grupo B que ayuda prevenir defectos del tubo neural (espina bífida) y anomalías en el corazón  del feto, e incluso, según algunos estudios a prevenir abortos.

En esta consulta previa al embarazo, llamada consulta preconcepcional, el ginecólogo:

  • Pregunta si los futuros padres tienen antecedentes de enfermedades genéticas que pueden influir en el feto, para tomar medidas si fuera necesario.
  • Realiza una exploración ginecológica a la mujer.
  • Comprueba que sus vacunas están al día.
  • Manda análisis de sangre, para comprobar que la futura madre no tiene anemia u otros trastornos que puedan alterar el embarazo y para saber también si ha pasado ciertas infecciones que, de contraerse en el embarazo, podrían afectar al feto, como, por ejemplo, la toxoplasmosis.

También es conveniente visitar al dentista para empezar el embarazo con la boca lo más sana posible, ya que las hormonas del embarazo alteran la saliva y aumenta el riesgo de sufrir caries y sobre todo gingivitis.

Hábitos saludables

Desde que inicia la búsqueda del embarazo, es aconsejable abandonar los hábitos que puedan resultar dañinos para el feto, como el tabaco y el alcohol, comer carne cruda o poco cocinada (por el riesgo de contraer toxoplasmosis, una enfermedad benigna en los adultos pero que resulta grave en el feto) o quesos de origen desconocido o poco curados (por el riesgo de contraer listeriosis, otra enfermedad muy grave para el feto), reducir el consumo de azúcar, sal y fritos, café y té, evitar las radiaciones (radiografías, láser..), evitar en la medida de lo posible el estrés (enemigo de la fertilidad) y no automedicarse en ningún caso.

No sabes cuándo te vas a quedar embarazada y hasta que descubras que lo estás pueden pasar unas semanas cruciales para el desarrollo del embrión.

Además, todas estas sanas medidas ayudarán también a mejorar la fertilidad.

Eso sí, conviene consultar al médico antes de tomar cualquier suplemento vitamínico. Por ejemplo, un aporte excesivo de vitamina A puede provocar abortos  y el abuso del calcio y otros minerales que también se eliminan por la orina: problemas renales, como cólicos nefríticos.

Los hombres también deben cuidar su dieta (la obesidad reduce la fertilidad) y limitar el consumo de alcohol, que debilita la calidad y la movilidad de los espermatozoides y ocasiona problemas de erección.

¿Hay que esperar después de dejar los anticonceptivos?

La píldora no altera la fertilidad. Cuando deja de tomarse, el ciclo hormonal  suele restablecerse con bastante normalidad, aunque tras un consumo prolongado el médico puede recomendar esperar al menos dos o tres ciclos  antes de buscar el embarazo, para que el ciclo se regule y los ovarios y el útero recuperen su ritmo fisiológico normal.

Además, los anticonceptivos hormonales pueden disminuir el nivel de ácido fólico en la sangre y esta vitamina es muy importante en el embarazo. 

Es normal que el embarazo tarde

Aunque todo esté bien, a veces el embarazo tarda algún tiempo en llegar. Hay que tener paciencia e intentar no obsesionarse con ello, aunque resulte difícil, porque la obsesión y la ansiedad por conseguir el embarazo pueden ser contraproducentes.

No pasa nada por tomar ácido fólico durante mucho tiempo, si se tarda en conseguir el embarazo. Al revés, tomarlo previene enfermedades en la mujer.

Por debajo de los 35 años, se aconseja hacer pruebas de esterilidad si no se consigue el embarazo después de intentarlo durante un año.

A partir de los 35  años se aconseja consultarlo con el médico si no se consigue el embarazo después de intentarlo durante seis meses.

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