Todos los años, con la vuelta al cole, surge la misma preocupación: la mochila escolar, un accesorio útil y práctico, que ya usábamos en nuestro infancia, y que no sería un problema de no ser por la la cantidad de libros de texto y material escolar que los niños tienen que lleva a diario al colegio. ¿Cómo llevarla? ¿Qué es mejor: con ruedas o colgada al hombro?

Con el objetivo de descargar las espaldas de los escolares, aparecieron hace ya unos cuantos años las mochilas con ruedas. Sin embargo, según muchos traumatólogos, este tipo de mochilas no son la mejor opción para los niños más pequeños, porque su muñeca no está preparada para tirar de pesos en tracción y, al final, el niño se ve obligado a arquear el lado de la espalda del brazo que la sujeta, lo que puede fomentar la asimetría de la espalda y ocasionar dolores. Y además, a menudo los niños las tienen que cargar con las manos para subirlas por las escaleras si su clase no está en un piso bajo.

En cualquier caso, la mochila de ruedas se deja de usar cuando los niños llegan a la adolescencia y es precisamente entonces cuando los chicos cargan más peso que nunca.

Así que estos consejos del Hospital Pediátrico Morgan Stanley de Nueva York vienen bien para niños y no tan niños:

Consejos para elegir y llevar la mochila del cole

Conviene inspeccionar de vez en cuando  la mochila de los niños (obviamente con los adolescentes esto resultará más difícil) para vaciarla de cosas innecesarias. Los niños con frecuencia cargan más de lo que deberían: juguetes, dispositivos electrónicos (que no deberían llevar al cole), etc.

Es importante vigilar el exceso de peso. Las mochilas no deben pesar más que el 15 por ciento del peso corporal de un niño. Conviene repartir bien el peso, de forma que los libros y elementos más pesados queden al fondo.

Del tamaño adecuado.  Para elegir una mochila del tamaño óptimo, fíjate en que no es más ancha ni más larga que el torso de tu hijo y asegúrate de que no cuelga más 10 centímetros por debajo de la cintura del niño. Si cuelga más abajo, podría obligar al niño a inclinarse hacia adelante al caminar. Además, no conviene que sea excesivamente grande porque resultará más difícil llevarla y tenderá a  llenarla de más cosas.

Dos cintas mejor que una. Son preferibles las mochilas (que se sujetan con cintas sobre los dos hombros ) que la bolsas o bandoleras (que se cuelgan de un solo hombro). Con la mochila de dos cintas el peso se distribuye entre los músculos de la espalda. Cargar el peso en un solo hombro provoca asimetría en la espalda y termina por causar dolor.

Ajustarla bien. Es importante ajustar bien la mochila escolar para que quede lo más pegada a la espalda posible y, como se ha dicho antes, no demasiada baja.

El acolchado es importante.  Conviene elegir una mochila con cintas anchas y acolchadas para evitar que se claven en los hombros del niño. También es aconsejable que tenga la parte trasera acolchada. Esto puede reducir el riesgo de que un objeto punzante dentro de la mochila haga daño al niño.

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