Ayer acudí, invitada por Madresfera, a la presentación de los resultados de la primera fase del programa escolar “Yo puedo ser”, una iniciativa patrocinada por Barbie, que propone a los escolares de Primaria trabajar en grupo para descubrir qué quieren ser de mayores y cómo pueden alcanzar sus sueños dejando a un lado los estereotipos de género.

Los principales objetivos de este programa, en el que ya han participados más de 100.000 alumnos, son:

  • Descubrir y dar a conocer el papel de la mujer a lo largo de la historia en ámbitos clave como la cultura, la ciencia, la política o el deporte.
  • Educar en igualdad.
  • Conocer e interactuar con el mundo laboral.
  • Desarrollar la autoestima de los niños y niñas y ayudarles a perseguir sus sueños.

Y es que a pesar de que la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, aprobada  en 2007, contempla la necesidad de establecer medidas educativas destinadas al reconocimiento y enseñanza del papel de la mujer en la historia, las referencias a las mujeres en los libros de texto apenas alcanzan el 7,5%.

Yo puedo ser: objetivo, terminar con el Dream Gap

El objetivo final de este programa, que tendrá una segunda edición en el próximo curso escolar, es romper con el «Dream Gap» (concepto que se traduce literalmente como “La Brecha de los sueños”), es decir: hacer ver a las niñas que pueden conseguir todo lo que se propongan, aunque se trate de algo que tradicionalmente se ha calificado como «de chicos», con el hashtag  #AcabemosConElDreamGap.

Y es que, según diferentes investigaciones llevadas a cabo por las Universidades de Princeton, Illinois o Nueva York,  hasta los
5-7 años los niños y las niñas creen que pueden hacer todo lo que quieren, pero a partir de esta media de edad los condicionantes sociales y la educación hacen que muchas niñas empiecen a dudar sobre su capacidad y lleguen a pensar que son menos inteligentes que los niños y que no podrán trabajar en determinadas profesiones.

Este proceso, que también afecta a los niños, aunque con un impacto menor, es el que recibe el nombre de Dream Gap: los estereotipos culturales, las diferencias de género y la falta de referentes femeninos pueden hacer que las niñas se alejen de determinadas carreras o profesiones.

No hay profesiones de chicos o chicas

Para terminar con estos estereotipos desde las aulas, una de las propuestas del proyecto “Yo puedo ser” ha sido poner a los niños trabajar sobre los grandes referentes femeninos de la historia, como Clara Campoamor y Marie Curie, pero también de la actualidad.

Los pequeños participantes han elegido como referentes a mujeres con trayectorias heterogéneas como la bioquímica Margarita Salas, la ingeniera industria Elena García Armada, que lidera el grupo del CSIC que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal y las deportistas Lydia Valentín, campeona mundial de halterofilia y Laia Sanz, campeona mundial de trial y enduro.

La deportista Laia Sanz, que aparece en la foto que ilustra este artículo acudió a la presentación y compartió sus experiencias a los niños y niñas que estaban presentes y les animó a luchar por lo que hacer lo les guste, ignorando los comentarios del entorno. “Si pones ganas, esfuerzo y dedicación, puedes llegar donde te propongas», afirmó, porque -como dice el mensaje que dijo llevar siempre en su casco- : Quien tiene la voluntad, tiene la fuerza.

Para solicitar información sobre el programa Yo puedo ser se puede llamar al teléfono gratuito 900 670 687

 

 

 

 

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